El transporte marítimo en contenedores es una opción económica y segura para transportar mercancías. Siempre hay entre 5 y 6 millones de contenedores en el mar, en cualquier lugar del mundo y en cualquier momento. Estos contenedores transportan tus mercancías. Y casi todos los productos, desde el acero al papel, pasando por la madera y los textiles, son susceptibles a la humedad. La humedad puede causar pérdidas, por eso es importante reducirla al máximo. Pero, ¿cómo se produce realmente la humedad y cuáles son sus consecuencias?
Aparición de humedad en el recipiente
La humedad está en el aire y siempre está presente. La cantidad de humedad en el aire en relación con la cantidad de humedad que el aire puede contener es la humedad relativa. La humedad relativa puede fluctuar debido al aporte de aire caliente o frío. El aire caliente puede contener más vapor de agua que el aire frío. La humedad relativa aumentará a medida que baje la temperatura. Cuando la humedad relativa alcanza el 100%, el aire está saturado y se forman gotas o condensación. Esto puede producirse en forma de niebla, rocío, escarcha o, en un recipiente, como lluvia de recipientes, lo que hace que tus productos se humedezcan.
Además de estar presente en el aire, la humedad también está presente en los productos orgánicos y en los palés de madera. Por eso es importante mantener los palés lo más secos posible antes de cargarlos en el contenedor.
A menudo se envuelve una película de plástico alrededor de los productos del palet para garantizar que la carga permanezca en el palet. Si el producto contiene humedad, puede formarse condensación en el interior de la lámina. Si los productos se calientan con el sol u otras influencias, ocurre lo mismo. La capa de plástico dificulta la salida de la condensación, lo que puede dar lugar a un envasado húmedo o mojado de los productos.
¿Cuáles son las implicaciones?
Las consecuencias varían de un producto a otro, pero que la humedad es mala para la mayoría de los productos es algo seguro. ¿Los productos se embalan en cajas? Entonces el cartón se humedece y pierde su resistencia. El cartón se abolla o puede agrietarse. ¿Se trata de polvos, azúcares o sales, por ejemplo? En contacto con la humedad, pueden empezar a aglomerarse y, de hecho, ya no son vendibles. Si envías productos de hierro o piezas de acero, por ejemplo, existe el riesgo de corrosión, que no mejora la calidad. La madera puede enmohecerse, y también tus palets. Esto puede afectar directamente a las mercancías que transportas. El moho de tus palets puede extenderse a tus productos. Todas estas consecuencias conducen al despilfarro. Tu producto ya no está en las mismas perfectas condiciones que cuando se preparó para el envío, lo que se traduce en un cliente insatisfecho, reclamaciones y el tiempo que tardas en solucionar el problema.
Guarda
El despilfarro se puede evitar y prevenir siempre es mejor que curar. Con una pequeña inversión, puedes asegurarte de que no haya desperdicios y de que los productos lleguen al cliente en las mismas perfectas condiciones en que salieron de ti. Como no tendrás clientes insatisfechos ni tendrás que presentar reclamaciones, ahorras tiempo y, por tanto, dinero. Creas más rentabilidad.