La seguridad de las vacunas depende de un almacenamiento adecuado: mantener la temperatura correcta es crucial. Si las vacunas se exponen a condiciones inadecuadas, pueden perder eficacia, lo que conlleva un costoso despilfarro y expone a la población al riesgo de una protección inadecuada contra enfermedades graves. Muchos centros sanitarios y farmacias se enfrentan a
